Las nuevas demandas de los clientes: automatización e Inteligencia Artificial
El cambio generalizado en las demandas de los clientes es una realidad. En la actualidad, los clientes ya reciben una experiencia personalizada según sus criterios. La gestión y acumulación de datos para ofrecer experiencias de compra más acertadas es una de las necesidades que ya se ha creado en los clientes cuando se enfrentan al proceso de adquisición de un producto.
En un ejercicio de contextualización, fue durante el siglo XX en el que se produjeron, gracias a los avances tecnológicos de aquel momento, las primeras compras a través del sistema de e-commerce. Un método que, desde su creación hasta la actualidad, ha atravesado varias fases de modernización. Todas ellas impulsadas por los cambios tecnológicos y sociales.
Usuarios y la compra online
Un desarrollo que ha ido avanzando en los últimos años con la aplicación de datos y que ha alcanzado a un nivel en el que el usuario que va a realizar una compra online ya ha recibido, en ese momento, una serie de información personalizada en referencia a aquello que rodea a ese producto. La intención final es que todas estas especificaciones sirvan al sujeto como un análisis de la situación. Es decir, investigación de competidores, de productos o de cualidades. Unos avances fruto del desarrollo en Inteligencia Artificial que ha hecho posible estas situaciones.
Todo ello impulsado por un comercio, a través de canales online, que ha empujado a mucha gente a probar y establecerlos como sus principales opciones a la hora de comprar o contratar un bien o servicio. Con los datos en la mano, y según el Estudio Anual de Ecommerce de IAB en 2020, el 72% de la población española internauta, comprendida entre los 16 y los 70 años, son compradores online. Esto es un indicador claro de que los procesos de compra, en este formato, deben estar a la orden del día. Además, tienen la obligación de ofrecer siempre la experiencia de usuario más optimizada para el consumidor final. Y a esto se ha sumado la pandemia que ha puesto en primera línea esta obsesión de las marcas por poner en el centro al cliente.
La gestión de datos, de manera online, con sistemas implementados en la nube y que aplican a muchos consumidores, ha facilitado la adaptación a las operaciones que puede realizar cada usuario sin una gran logística, pero con una gran optimización de la información.
Inteligencia Artificial
La llegada de la Inteligencia Artificial ha supuesto, en este campo, un desarrollo considerable para la gestión y el tratamiento de datos. Unos datos que cada vez van teniendo un mayor valor y peso dentro del comercio electrónico.
El traspaso a esta IA ha desencadenado un impulso formidable para la gestión de toda esta información que ya se venía almacenando a través del big data, pero que no ha sido hasta la aplicación de esta IA cuando ha explotado todo su potencial desarrollando sistemas acordes con la gran capacidad del mercado. Esto plantea una oportunidad para que las empresas puedan adelantarse a las necesidades del comprador, ofrecerle el producto que más le convenga e información referente al mismo. Este conjunto de información le supone al consumidor un ahorro en tiempos de búsqueda y, en definitiva, un beneficio para todo este proceso.
En resumidas cuentas, al consumidor hay que ofrecerle un proceso muy automatizado, que sea sencillo y en el que no se encuentre dificultades a la hora de realizar una transacción porque esto le va a crear dudas en su gestión de compras. Si las empresas, a través de la IA y la automatización de procesos, consiguen reducir al mínimo todo esto, habrán ganado los dos extremos de la cadena: el comprador y el vendedor.
Seguridad para el tratamiento de datos de los clientes
Uno de los factores que más preocupa a consumidores a la hora de vincularse con este comercio electrónico es la forma en la que son gestionados sus datos personales. Cómo bien se indica en este artículo, todos estos son almacenados en la nube, pero no siempre el usuario final conoce, con exactitud, como los almacenan y quien puede acceder a ellos.
La digitalización de la sociedad ha arrastrado a los datos a tener un valor extremadamente alto. Tanto que los cyber ataques de estos supone uno de los delitos que se cometen con más frecuencia con fines comerciales. La venta de información ha adquirido un valor que no tenía hace algún tiempo y para ello es importante la protección.
Es aquí donde reside la importancia en las empresas para implementar unos sistemas de seguridad a la altura de la cantidad de información que almacenan. Con el objetivo de ofrecer, además de seguridad en el tratamiento de datos a sus clientes, una confianza para que sepan como estos se gestionan.
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