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Cómo han cambiado los hábitos de consumo con la pandemia

Cómo han cambiado los hábitos de consumo con la pandemia

La pandemia ha hecho que el futuro llegue mucho más rápido de lo que nadie podría haber imaginado. Los procesos que se había iniciado antes de la llegada del Covid-19, sobre todo los relacionados con las nuevas tecnologías, se han acelerado rápidamente, y viejos paradigmas están dando paso a otros disruptivos. Estos cambios están teniendo una influencia enorme en los hábitos del consumidor español, lo que, sumado al impacto de la crisis económica, dibuja un nuevo escenario.

Poder adquisitivo y confianza del consumidor

El efecto más claro y directo que hemos podido observar con la pandemia ha sido la caída del consumo privado. Las medidas de distanciamiento social necesarias para aplacar al virus han afectado inevitablemente en la economía española y en la renta disponible de las familias. La confianza del consumidor es un indicador económico que mide el grado de optimismo que los consumidores sienten sobre el estado general de la economía y sobre su situación financiera personal. En España, este índice se situaba en enero de 2020 en los 87,2 puntos, según datos del CIS. Ahora, ha caído por debajo de los 50 puntos, a niveles de la crisis de 2008. Esto se traduce en que, en los próximos meses, alrededor del 58% de los consumidores prevé gastar menos que antes, frente a un 16% que planea gastar más. Por ello, ahora el consumidor español es más sensible que nunca al precio. Y de la misma forma, hará una valoración más estricta a la hora de priorizar las compras, poniendo las relacionadas con las necesidades básicas muy por encima de otras más secundarias como el ocio.

Seguridad y accesibilidad, elementos indispensables

Como no podía ser de otra forma durante una pandemia, la seguridad se ha convertido en la prioridad principal del consumidor. Hasta hace unos pocos meses, el consumidor español estaba completamente enfocado a la compra presencial, a través de tiendas físicas, los viajes o a comer fuera de casa. Casi la mitad de los urbanitas compraba de forma presencial como mínimo una vez a la semana. Sin embargo, incluso cuando las restricciones a la movilidad y las medidas de distanciamiento se relajan, los consumidores están haciendo menos compras en tiendas, menos visitas a restaurantes y están disfrutando de más ocio en casa.

Aunque, dos de cada tres siguen llevando a cabo algún tipo de compra presencial, el 70% ya está haciendo la compra online y un 88% afirma que piensa seguir haciéndolo cuando terminen las medidas de distanciamiento. Por ello, ahora el consumidor demanda las más altas medidas de seguridad para volver a comprar presencialmente. Necesitan poder confiar en las marcas, en que estas harán todo lo necesario para garantizar su salud y bienestar. Pero como es posible que no todo el mundo vuelva a la calle, y al menos, no con la misma intensidad, los consumidores demandan que las marcas les atraigan mediante otros canales.

La imparable digitalización del consumo

En el artículo anterior ya hablábamos del efecto catalizador que está teniendo la pandemia en la velocidad en la que crece el índice de penetración de la compra online. Y esta es una experiencia de compra que ha venido para quedarse. Lo que llegó por sus características positivas en cuanto a seguridad, va a quedarse por lo conveniente que resulta para el consumidor. Representa una forma de compra cómoda, dinámica, flexible, segura y supone un gran ahorro de tiempo. Son propiedades que explican que, en todos los estudios de mercado, los consumidores declaren que su uso de estos canales no solo va a mantenerse, si no que va a crecer.

En estos meses de pandemia la compra desde el ordenador ha subido en un 45% y desde el smartphone un 35% en España, pero, además, un 41% de los consumidores declara que piensa incrementar el uso del primer dispositivo y, un 45% el uso del segundo, para hacer sus comprar incluso cuando acaben las medidas de distanciamiento social.

Sin embargo, esto no significa que sea el momento de despedirse de la compra tradicional. La pandemia pasará y, pese a los cambios que ha supuesto, el consumidor no va a dejar de apreciar el valor que supone la atención cara a cara. Lo más probable es que este movimiento hacia la digitalización se combine con los hábitos tradicionales de compra en una omnicanalidad que concilie lo mejor de las experiencias online y offline. Así, el 55% de consumidores sigue prefiriendo la visita a la tienda como forma de contacto en el sector moda, según nuestro Informe ‘Tendencias en fidelización en la Nueva Normalidad’.

Los valores del nuevo consumidor

Otra tendencia acelerada por la pandemia ha sido la creciente importancia que se le da a la salud y al bienestar. No es algo nuevo, pero a consecuencia de la situación creada por el Covid-19, el consumidor ha tomado conciencia de lo vital que es cuidar su salud, no solo en lo referente a la protección frente al virus, si no que también en cuanto a su salud mental y bienestar en general. Por ello, un 82% de los consumidores españoles afirma que a consecuencia de la pandemia está ahora más enfocado en cuidar su salud mental, sumado a un 78% más enfocado en su salud física y un 73% en sus necesidades médicas.

Un interés por el concepto del “cuidado” que también abarca a la sociedad y al medio ambiente, ya que como se ha puesto de relieve, todo y todos estamos más interconectados de lo que podíamos ver. De hecho, alrededor del 39% de los españoles declara que a consecuencia de la pandemia está más preocupado por el medioambiente. Por ello, el nuevo consumidor será más fiel con aquellas marcas que demuestren que se preocupan tanto por su bienestar al ofrecer sus productos y servicios, como por tener un modelo de negocio cada vez más ético y medioambientalmente sostenible.

Aún no se puede saber si estas tendencias de cambio en los hábitos de consumo aceleradas por el Covid-19 se mantendrán con la misma intensidad en el futuro. Puede que haya sido a causa de la sensación de vulnerabilidad que todos hemos sentido con la llegada del virus, pero todo índica que lo que ahora reclama el consumidor a las marcas a través de sus nuevos hábitos, es que estas le tengan más en cuenta recompensando a aquellas que se preocupen de su bienestar con una visión 360o. Es decir, que en sus decisiones tengan en cuenta su bolsillo, su comodidad, su salud tanto física como mental y que, además, protejan el entorno que les rodea.

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